Interesado en conocer a su mejor cliente a fin de ofrecerle participar como pequeño accionista de ACME, el vendedor telefónico viajó al desierto a encontrarse con el Coyote. No sin esfuerzo y valiéndose de una mímica realmente ilustrada, el famélico canino expuso ante el capitalista que su propósito era ante todo alimenticio. El vendedor le propuso entonces instalar un local de hamburguesas ACME frente a su cueva, a lo que el Coyote se rehusó y pidió permiso para entrar en el depósito para buscar un obsequio. Salió unos minutos más tarde con un revólver y le puso tres tiros en la frente al vendedor. Luego puso el cuerpo en una caja con una estampilla y antes de mandarlo por correo al remitente escribió "Antes la inanición que la transculturación" en algún dialecto Quechua.
Wile E. Coyote and the Road Runner, Chuck Jones, 1949
Wile E. Coyote and the Road Runner, Chuck Jones, 1949
ja ja já...buenísimo
ResponderEliminar(señora de lso pasillos que no sabe cómo se dice en quechua)
Yo sabía que el Coyote era un tipo de principios. Su conducta inclaudicable más allá de sus muertes nos lo decía en cada intento.
ResponderEliminarYa lo estoy entendiendo......perdón, es que el coyote me desperto, simo moria, jijiji
ResponderEliminarFestejemos la decisión del coyote. Siempre lo hemos amado mucho más que al insulso correcaminos!!
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