
–Saldré a tu encuentro –pensó como proponiéndoselo en serio– cuando zumbe el rayo oblicuo sobre el borde del lóbulo terrestre que caerá luego al mar para mutar en moneda argentina
Se soltó y corrió paladar arriba. Al umbral de mandíbulas cromadas.
–No me dejes solo.
–No te dejaré.
Espectacular texto. Y espectacular diseño...
ResponderEliminarUn abrazo,
Jose
"Todos quieren tener opinión pero nadie quiere pensar."